Cultura de Defensa en la Unión Europea

Europa se ha tomado un tiempo para saber hacia donde se dirige, y no puede ser menor en el área de la Seguridad y la Defensa. La situación actual en que la Constitución europea no constituye una referencia básica de los propios europeos, ha exigido que la Política de Seguridad y Defensa adopte un perfil bajo.

Los sistemas de defensa de carácter europeo deben ser impulsados de forma activa si se desea aportar una solución, y no formar parte del problema. La política de defensa de los países europeos dista mucho de ser coherente con los principios de la Unión, y está bastante alejada de un clima de sincera cooperación. En suma, las naciones mantienen exigentes agendas propias.

De todos modos, existe una demanda de que Europa adopte un protagonismo mayor en la prevención y resolución de conflicto, toda vez que nuestro bienestar depende íntimamente del bienestar de nuestro entorno, el cual se ha hecho más pequeño. Así nuestros representantes tienen la responsabilidad de que la ciudadanía perciba señales positivas de las funciones desempeñadas por la Unión, y este camino de respeto y orgullo probablemente proporcione un contexto interior que favorezca un avance de las política europeas, y porque no, una Estrategia Europea de Seguridad y Defensa digna del Viejo Continente.

Confiemos que la apuesta europea de constituir, dotar e impulsar la iniciativa de los «Battle Groups» sean beneficiosa para todos, y permita que la cultura de defensa en Europa, cale como lluvia fina.

¿Es España un país con un sentido profundo de conciencia de defensa?

Sería prolijo, y desde luego osado por mi parte, que me permitiera enumerar los factores que con tanto acierto ya han sido tratados y desmenuzados por sociólogos y politólogos. Me quedaré, por tanto, en la poco específica pero muy cierta aseveración de que nuestra conciencia es menor que la de algunos e igual o mayor que la de otros muchos países.

En todo caso, para intentar esbozar una respuesta a esta pregunta conviene referirse brevemente a algunos factores y fenómenos que, en nuestro país, han tenido honda influencia sobre la cuestión que planteamos.

Los análisis de numerosos pensadores y sociólogos coinciden en destacar como una característica tradicional de la sociedad española la carencia de una adecuada conciencia de defensa nacional.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA CONCIENCIA DE LA DEFENSA

Durante los siglos XIX y XX se ha configura un sentir popular fruto de los rasgos y características de la política interior y exterior de España, aquí pueden encontrarse alguno de los que considero más significativos:

Ausencia  de las guerras europeas del siglo XX: 1ª y 2ª Guerras Mundiales.

Una muestra de neutralismo y fomento interior de que los problemas de las potencias europeas no lo son de España. La Primera Gran Guerra dividió a las clases intelectuales, políticas y sociales españolas como consecuencia de la pérdida de los territorios situados en el continente americano; y la Segunda Guerra Mundial, sorprendió a España saliendo de una Guerra Civil que había esquilmado los recursos y las voluntades. Es momento de relamerse las heridas. Posteriormente, se extendió por Europa un neutralismo difuso y un cierto pacifismo que nos alejó sensiblemente de las consecuencias directas del la Guerra Fría, al menos, en sus fases iniciales.

Antiamericanismo.

La derrota de 1.898, en un conflicto en el que se «tenía razón», pese al desequilibrio de fuerzas, no puede considerarse la raíz del antiamericanismo de hace unos años, pues fuimos vencidos por un pueblo más próspero y más culto, según la opinión de la época. El antiamericanismo presente es más bien el resultado del apoyo de los Estados Unidos al General Franco durante la guerra civil y a su posterior gobierno, a la no inclusión de España en el Plan Marshall, a la presencia en territorio español de las bases de utilización conjunta y a la campaña sistemática que oponía dos modelos antagónicos: capitalismo contra marxismo.  La pugna actualmente se ha resuelto, pese a la existencia de modelos comunistas en vigor.

Modelo autonómico español

Las Fuerzas Armadas han tenido un protagonismo político al inicio de la Transición que ha fomentado pareceres muy dispares. Si bien, en la actualidad las encuestas del Instituto de Estudios Estratégicos refleja una percepción favorable de los ejércitos, está situación ha sido más discutida hace décadas. Existe cierto rechazo intelectual a lo asuntos de Defensa, como un componente integrador de la Nación y del Estado. En algunas regiones de Europa, la fuerza del fenómeno del nacionalismo conduce a un especial desinterés con todo aquello que se relaciona con Seguridad y Defensa.

El proceso de profesionalización y modernización de las FAS

El proceso de profesionalización de los Ejércitos, proceso en el que, poco a poco, se van integrando las naciones más avanzadas, han introducido un giro de gran envergadura en las relaciones Sociedad-Ejército.

«El Soldado y el Estado» -el primer objeto de estudio de Samuel Huntington y punto de partida de toda la sociología militar de los últimos cincuenta años- puso de manifiesto que un Ejército Profesional no supone únicamente una tropa más especializada y un material más moderno y sofisticado, si no que también puede ocasionar un movimiento hacia el aislamiento del estamento militar en el seno de la sociedad, que contaba en el sistema anterior con un poderoso factor de integración a través del servicio militar obligatorio.

La participación en Misiones Internacionales de Paz

Las nuevas misiones de paz y humanitarias han hecho que la sociedad incremente notablemente su valoración y reconocimiento de la labor que realizan las Fuerzas Armadas, como se pone de manifiesto en las encuestas sociológicas de los últimos años.

La humanidad, en su conjunto, exige que se eviten genocidios y violencias masivas, de modo que las misiones denominadas Petersberg (operaciones de paz en el ámbito de la Unión Europea) serán crecientes, así mismo la participación en misiones de Naciones Unidas, bien como estado individual (como en FINUL/UNIFIL en el Líbano) o integrados en la SHIRBRIG (Multinational Standby High Readiness Brigadefor United Nations Operations) unidad multinacional que ha desplegado en misiones de paz bajo auspicios de Naciones Unidas, y que en la actualidad contribuye significativamente en la mejora de las Capacidades Africanas en asuntos de seguridad regional.

Cultura de Defensa en la conciencia de todos.

La conciencia de defensa es un elemento cultural más. Las sociedades son conscientes de la importancia de proteger su comunidad, sus intereses y sus valores. El esfuerzo que se realiza en mantener viva una colectividad trasciende habitualmente sus fronteras, y más hoy, donde los medios de comunicación y la posibilidad de movernos e lo largo y ancho del mundo con relativa facilidad, nos ha conducido a tener una percepción mundializada.

La cultura de defensa entiendo que es el conocimiento de los temas relacionados con la seguridad y la defensa. Mientras que la conciencia se desarrolla mediante una reflexión, más o menos libre, como un ejercicio de responsabilidad ciudadana; la cultura de defensa, exige cierta dedicación académica o profesional manifestado por un interés social de participar en la estructura y modelos defensivos, por colaborar en el respeto a los compromisos de su comunidad, y en la contribución para alcanzar intereses globales, de carácter estratégico para la colectividad.

Es necesario que la sociedad española perciba claramente que la protección de su libertad, independencia y prosperidad, la defensa de sus valores, forma de vida, derechos e intereses, así como la salvaguardia de la soberanía, de la integridad territorial y del ordenamiento constitucional demandan una adecuada política de defensa que permita hacer de nuestras Fuerzas Armadas un instrumento eficaz de disuasión, prevención y respuesta.