Necesidad de seguridad. Modelo estadounidense

Ayer llegue a Nueva York (USA) y los estadounidenses continúan sorprendiéndome con su notable capacidad de mostrar sin reparos su patriotismo, que se expresa (entre otros aspectos) en el empleo masivo de la bandera como una manifestación pública de pertenencia a esta sociedad, que con sus pros y contras, representa en cierta medida, el centro del mundo, al menos, por ahora. El otro aspecto que continua sorprendiéndome es la capacidad del ciudadano de asumir las múltiples medidas de seguridad que se han impuesto, no sólo en los aeropuertos, lugar donde uno se enfrenta inexorablemente a una barrera que trata de combatir la inmigración incontrolada.Estas medidas con las que conviven diariamente me hace reflexionar acerca del protagonismo que ha adquirido la seguridad interior (Homeland Security), tanto pública como privada, tras los atentados del 11-S.La relevancia de las múltiples medidas de seguridad que se extienden por suelo norteamericano ha supuesto un cambio de mentalidad del ciudadano, que asume el control gubernamental de las personas en beneficio de un seguridad colectiva, lo que exige una conciencia ciudadana de necesidad, y por lo tanto de asumir el coste personal de estar vigilado continuamente, y en cierta medida, sentirse en la obligación de demostrar su inocencia monótonamente ante el requerimiento de los «representantes de la ley» pertenecientes a entidades públicas y privadas.

En Europa solemos hacer gala de tener una visión distinta, que no me cabe la menor duda, ahora bien, hay una notable distancias entre el incremento del nivel de seguridad aparente entre Madrid (tras el 11-M) y Londres post 7-J. Y es que en España aunque se han incrementando el esfuerzo gubernamental por proteger a sus ciudadanos, no resulta tan aparente, por lo que en cierto modo nos desprotege de próximas acciones terroristas, y como ciudadanos no hemos reclamado de nuestro propio Estado Protector, que sea más eficaz en su desempeño.