El informe Blackwater

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Ayer, se publicó el informe estadounidense  a consecuencia del tiroteo que protagonizó el personal de Blackwater en Iraq, y que le ha supuesto una cancelación cautelar de sus actividades. 

Como suele ocurrir en estas ocasiones, Blackwater estaba operando de nuevo a la semana del incidente; las autoridades iraquíes han prometido que promulgarán una ley que controlará las actividades de los “contratistas de seguridad” actuando bien directamente, o bajo subcontratas; y finalmente, los americanos se preguntan si lo hacen con una mano (ejércitos), no lo deshará la otra (contratistas), y de paso, saber cuanto le cuesta al contribuyente norteamericano, el que la cuenta de los fallecidos militares no siga cruzando barreras impensables hace cuatro años.

Siendo Blackwater la empresa que más personal tiene en Iraq, desde 2005 se han visto implicados en 195 “incidentes” (1,4 por semana), en el 80% de los casos, han disparado primero, aunque el contrato recoge claramente, que se emplearán las armas en defensa propia y del VIP (Secretaría de Estado o Ministerio de Asuntos Exteriores), normalmente, desde vehículos en marcha, y no se realiza una “evaluación del contacto”, aunque han llegado a informar de la muerte de 16 iraquíes y 162 daños sobre vehículos (normalmente, iraquíes también). Aunque hay dos empresas más que dan seguridad al personal del servicio exterior estadounidense, DynCorp International Triple Canopy, Blackwater tiene el mayor número de incientes, aunque todos ellos tienden a disparar los primeros. Los incidentes con causa de muerte de inocentes se taparon pagando a las familias entre 5000–15000 dólares, con el beneplacito y respaldo de la Secretaría de Estado.

El coste de disponer seguridad privada en Iraq no es reducido. Cada “trabajador” le cuesta al Gobierno USA  más de 1200 dólares, seis veces más de lo que cuesta un soldado cualificado, que le corresponda el empleo de Sargento, y que en el mejor de los casos llega a ganar 70.000 $/año. Por ello, Blackwater tiene contratos por valor de más de 1 billón de dólares desde 2001. Los argumentos en favor del empleo de empresas de servicios militares tienen un poderoso valedor en el hecho de que son “más baratos”, ya que el Estado no tiene que entrenar, equipar y apoyar logísticamente a este personal. La cruda realidad es que las empresas reclutan al personal de las Fuerzas Armadas, es decir, que el ejército los entrena (la parte más cara), y en Iraq y Afganistan, tambien les apoyan logisticamente (alojamiento, alimentación, transporte de entrada y salida de zona, etc.), y finalmente, debido a la atractiva paga, acaba reclutando a personal altamente cualificado. Vamos, una ganga.

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