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Tras la intervención en Kosovo de la OTAN, el ejército yugoslavo y las fuerzas paramilitares serbias abandonaron Kosovo en 1999, dejando a las fuerzas de la OTAN proporcionando seguridad en al región. La Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas 1244 (10 de junio de 1999) puso las bases para recrear las instituciones provisionales civiles de autogobierno, cooperar en la reconstrucción y administrar interinamente Kosovo. La resolución autorizaba a una fuerte presencia militar para proporcionar un ambiente de seguridad. El protagonismo civil recayó en Naciones Unidas, con la misión UNMIK (Misión Interina de UN en Kosovo), y el protagonismo militar fue asumido por la OTAN (KFOR). Con la contribución de ambos se creó una policía, así como las estructuras judiciales y de seguridad interior necesarias.
En 2003, se decidió evaluar posprogresos en Kosovo para redefinir su estatus a partir de 2005, lo que fue interrumpido por los violentos disturbios de marzo de 2004 contra la propia UNMIK y la población serbia residente en Kosovo. Desde 2005, Martti Ahtisaari (enviado especial de UN en Kosovo) ha buscado una solución entre las partes, manteniendo reuniones de alto nivel, que concluyó con la recomendación de marzo de 2007, en la que planteaba abiertamente la independencia supervisada por la comunidad internacional, con una misión específica de la Unión Europea y un representante especial para dirigir la parte civil de la misión.
Mientras que la parte albanesa de Kosovo acepta la propuesta, las Naciones Unidas convocan a la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos para alcanzar un acuerdo negociado. Finalmente en diciembre de 2007, y tras largas sesiones en las que se reunieron todas las partes, no se alcanzó un acuerdo mutuamente aceptable. Visto que la solución política no era alcanzable, la Unión Europea se comprometió a contribuir a los esfuerzos internacionales, lo que fue recogido en el informe del Consejo de Seguridad del 3 de enero de 2008.
Kosovo, con una población de algo más de dos millones de personas, incluye 150.000 kosovares de origen serbio, de los que 50.000 personas vienen en Mitrovica, y alrededores (Zubin, Potok, Zvecan y Leposavic), y los otros 100.000 viven diseminados. El gobierno serbio asegura que hay 200.000 kosovares de origen serbio se han expatriado, aunque no hay consenso acerca de esta cifra.
A la vista de la situación y los grupos étnicos, se debe tener en cuenta que el reparto de la población es un elemento clave en el futuro de Kosovo, bien independiente o bajo “tutoría” internacional. De cualquier modo, la misión que pueda desempeñar la Unión Europea deberá influir intensamente en la Reforma del Sector de Seguridad (SSR) con especial atención al sistema judicial (en manos de kosovares de origen albanes) y del sistema policial (más propio de kosovares de origen serbio).
Las posiciones que adopten los paises de la Unión Europea será determinante para el futuro mapa de la «vieja Europa».