Visión política del MRAP

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Acabo de leer el editorial del GEES que dedica a la compra de los MRAP,s para fuerzas españolas desplegas en el exterior, haciendo una valoración política, de la que personalmente decido no abordar.

Ahra bien, después de hablar y leer los comentarios de los soldados, suboficiales y oficiales de cualquier empleo o rango que han conocido el rigor de la «insurgencia», firmemente creo que la compra de estos vehiculos es UN ACIERTO.

Lamentablemente, no se han comprado antes, ni estaban en un nivel suficiente de prioridad para «competir» con fragatas, submarinos y cazas, que aportan muchos retornos a la industria de defensa situada en España ( y puestos de trabajo, etc.) pero se aleja del auténtico objetivo de la compra de material y armamento, que es cubrir necesidades «reales» e incluso, inmediatas.. Aunque como todo estaba en la misma lista, convenientemente priorizado, pues nada. No pasa nada. Nadie es responsable. Nadie asume las consecuencias de sus acciones y decisiones.

Lamentablemente, el debate no ha saltado a la calle, ni con panacarta ni sin ella. Parece que elegir la profesión militar, les hace transparente. Sería deseable que hubiera un debate «sano» acerca de los cometidos de las Fuerzas Armadas, esto no es ni más ni menos, que una «cuestión de Cultura de Defensa«, de la que en España, creo sinceramente que es deficitaria, a pesar de los esfuerzos de los últims treinta años.

De cualqueir modo, y confiando en que los IVECO MLV (Lince) sean un éxito, debe apostarse por la revisión conceptual de la futura plataforma 8×8 de combate terrestre. Si el combate ha cambiado, quizás dentro de la familia de vehículos se puede considerar la fabricación de barcazas que protegan más y mejor a nuestros soldados, y permitan, si las circunstancias lo aconsejan, facilitar la interrrelación «soldado de paz«-población civil de zona de conflicto.

Esto último, le importa bien poco al soldado de a pie, que cada vez que ve un montículo de basura, una chatarra, un coche aparcado, una bici cargada, un niño con una caja, o una señora con un bote de refresco, piensa que puede ser una amenaza (de muerte inmediata). Así que en nuestra mano está, teniendo casi 3000 soldados fuera, velar por su seguridad.