Hace tiempo se reclamé la valentía de nombrar a una mujer como Ministra de Defensa, y las circunstancias, más bien pronto que tarde, me han sorprendido.
Las quinielas nacionales ponían a Elena Salgado (ex ministra) o a Soledad López (Ex Secretaria de Defensa) como posibles candidatas, lo que en la persona de Soledad, era algo más que lógico, ya que conocía perfectamente las entretelas del Ministerio de Defensa, y las peculiaridades de la vida y disciplina militar.
El nombramiento de Carme Chacón en Defensa confío, por el bien de España, que sea un acierto. Las responsabilidades en materia de Defensa no pueden estar al capricho de veleidades de género, edad o principios que pongan en peligro el bienestar de futuras generaciones de españoles.
Deseo que se culmine con éxito la plena identificación entre la sociedad y sus fuerzas armadas (FAS), la mejora del nivel de «cultura de defensa» es un valor añadido para todos los españoles, no sólo para que conozcan la labor de las FAS, sino para que el debate sobre la seguridad y la defensa se enriquezca, aparte de que podamos sentirnos orgullosos de nuestra participación. Aquí apoyaremos e impulsaremos cuantas medidas decidan tomar, es un deber y una responsabilidad.
Simplemente, es honestidad.